VIBRACIONISMO

Barradas Calle de Barcelona a la 1 p.m. 1918

Es un movimiento que tiene su origen en Barcelona, a partir de un encuentro entre dos de los más grandes pintores uruguayos: Rafael Barradas y Joaquín Torres García.

Es la segunda década del siglo XX (a partir de 1917). Pleno auge de las vanguardias. Y las vanguardias que más sorprenden e influirían sobre Barradas (quien se convertirá en el principal artista de este movimiento) serán el cubismo, el orfismo y fundamentalmente el futurismo (para definirlo con demasiada simpleza, es una especie de cubismo interesado en plasmar el movimiento, es la corriente que se fascina con la «estética de la velocidad»).

La diferencia fundamental entre el vibracionismo y el futurismo italiano es temática: los futuristas adoran el maquinismo, endiosan la máquina moderna, la tecnología; en cambio en Barradas el interés está puesto en el movimiento frenético y lleno de fuerza vital de la gran ciudad.
Cada escena urbana (en las calles, en los bares, en el puerto) se ve fragmentada. Y la multiplicidad y la simultaneidad de imágenes genera la ilusión del movimiento. Es el vértigo de la vida moderna.

El nombre «vibracionismo» también proviene de la influencia futurista. Los futuristas decían que todo se mueve, todo corre, todo se transforma rápidamente, y llamaban a esto la «vibración universal».

La pintura vibracionista plasmaba la visión múltiple del objeto. Este nuevo 'ismo' coincidió con la eclosión en Cataluña de los movimientos de vanguardia europeos tanto en el mundo de las letras como de las artes plásticas.

Los tópicos esenciales del vibracionismo tanto con respecto al dibujo como a la pintura expresaban el dinamismo de la vida a través de la representación de escenas de la calle, del puerto y del mundo del circo, tópicos que también cultivó la poesía.

Los vibracionistas más mencionados junto a Barradas son el también uruguayo Joaquín Torres  García (1874-1949) y el poeta Joan Salvat-Papasseit (1894-1924).